jueves, noviembre 06, 2008

El destino indescriptible de nuestra libertad

Amaos, pero no hagais del amor una atadura. Haced del amor un mar móvil entre las orillas de vuestras almas. Cantad y bailad juntos, pero que cada uno de vosotros sea independiente. Las cuerdas de un laúd están separadas, aunque tiemblen con la misma música. Y permaneced juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares sostienen el templo y están separados y así, dejad que haya espacios en vuestra cercanía y dejad también que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Así permanecerán juntos para siempre hasta cuando las blancas alas de la muerte esparzan vuestros días”. vuestros días.