PREFERIRIA...

Llega un día en el que apenas quieres pensar y envidias a quienes viven su vida sin hacerse preguntas: es el día en el que te das cuenta, o recuerdas, cómo duele tomar algunas decisiones, qué amargo es enfrentarse a las diferencias entre lo que vives y lo que quieres, y más amargo aún intentar resolverlas.
Hoy es mi día de no querer pensar. Siempre coincide con los momentos en los que en mi mente se suceden las ideas sin parar, una tras otra, tan contínuas que apenas si dejan hueco para hilvanar su contenido.
Preferiría no pensar y sólo vivir, vivir sin reservas, sin elegir, sin pretensiones. Sin embargo, pienso, planteo, analizo, constato y concluyo: a veces sabes que llegó el momento. Aunque no quieras, lo aplaces sin darte cuenta, te aferres... Llega el momento en el que el camino se bifurca y tienes que tomar una opción de las que te ofrece o sentarte a mirar las diferentes sendas que te presenta. He estado sentado tanto tiempo que me duelen las piernas. Y ahora elijo, voy a tomar el camino difícil, el que se ve embarrado y casi invadido por los matorrales, el incierto.
Voy a tomar mi camino, el que elijo en función de lo que deseo, el que es sólo mío, de mi consciente y de mi inconsciente. Mi parte consciente es la que me aporta los motivos y los argumentos. Mi parte inconsciente es la fuerza que me empuja a andar y me dice por dónde ir...
"De mi amigo el ermitaño"